"Lo poble vell"
En el recuerdo y corazón de los mequinenzanos aún pervive el lazo con ‘lo poble’, aquel que hasta la construcción del embalse de Riba Roja fue su casa, y que tuvieron que abandonar e irse al pueblo nuevo, el cual hasta el día de hoy y en el futuro será el nuevo abrigo de su historia. Parte de su patrimonio cultural, el pueblo viejo es uno de los elementos identitarios de Mequinenza, un pueblo marcado por los cambios como las aguas de los ríos a los que está atado.
Os invitamos a revivir la esencia de este pueblo, a descubrir aquella vida que daba sentido a las calles y paredes, hoy en día colgados bajo los escombros. ¡Disfrutad la experiencia multimedia que os proponemos!
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Itinerario
1. El poble vell
La noticia de la construcción del pantano de Ribarroja supuso un punto de inflexión en la historia de Mequinenza. Durante los años 60, sus habitantes vivieron el derribo de la villa vieja y el traslado al pueblo que los acoge en la actualidad.
Descargar audioguía: Català - Castellano - English - Deutsch2. Vora el riu
Tanto el Ebro como el Segre han sido dos ríos muy importantes para los mequinenzanos. A lo largo de su trazado se construyó el tejido socioeconómico de la villa vieja. Sin embargo, también eran percibidos como una barrera que dificultaba el paso de uno a otro lado del valle. La fuerza de la corriente trajo a la población alegría y dolor, a partes iguales. Los laúdes, los mineros, los barqueros y los pescadores formaban parte del paisaje de la Mequinenza antigua.
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4. El 'Mesón' del Senglar
Lugar frecuente en las obras de Jesús Moncada, las fondas, las tabernas y los cafés concentraban la vida de ocio y de tiempo libre del pueblo de Mequinensa. Los muros de estos establecimientos habían oído como los habitantes se organizaban políticamente, se explicaban cotilleos o escuchaban las leyendas de río más inverosímiles.
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5. El 'cine' de dalt
Los hierros, ahora retorcidos, en otro tiempo habían sostenido el palco, desde donde el público mequinenzano había visto tantos espectáculos. De los primeros films en blanco y negro a los combates de boxeo, bailes y concursos. A falta de otros escenarios dónde celebrar estas actividades, el cine Goya se convirtió en el espacio de ocio por excelencia, sin olvidar el cine Victoria.
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6. La plaça d'armes
La vida en el pueblo no se concebía sin pasar por la Plaza de Armas. Este sitio, que había servido a los soldados para practicar ejercicios de carácter militar, fue también, durante muchos años, un lugar de celebración. La fiesta mayor y los conciertos de la banda del pueblo se llevaban a cabo en esta céntrica plaza, de paso obligado para los mequinenzanos.
Descargar audioguía: Català - Castellano - English - Deutsch7. L'església
La iglesia del pueblo viejo de Mequinenza está dedicada a Santa Ágata, patrona de la población junto con San Blas y Santa Agatóclia. Aunque los mequinenzanos no se caracterizaban por ser excesivamente devotos, sí que llevaban a cabo procesiones en honor a sus patrones. La iglesia era más un lugar de reunión que no de culto, por bien que también acogía los rituales religiosos que se celebraban en el pueblo.
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8. El camp de futbol
El campo de fútbol de Mequinenza se encontraba en la confluencia entre el Ebro y el Segre. Que el terreno de juego estuviese situado en una zona propicia a las inundaciones puede parecer una mala idea. Sin embargo, en más de un partido de fútbol, la habilidad de los locales para jugar con el agua en los tobillos fue clave para conseguir la victoria.
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9. La plaça de l'ajuntament
La plaza del ayuntamiento era uno de los puntos de referencia del pueblo, no sólo por encontrarse el centro de gobierno, sino también por haber sido testigo de actividades y eventos que mantenían la vida del mismo. Era zona de paso obligatoria, ya que iba a parar la calle mayor, con gran parte del comercio del pueblo, y también porque se anunciaban los estrenos de cine. No obstante, una de las actividades principales era el mercado, lleno de paradas que acogían comerciantes de los alrededores. A su vez, fue escenario de alguna visita singular, como la del ministro Jorge Vigon Suero-Diaz, en motivo de la construcción del pueblo nuevo de Mequinenza.
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10. El riu Ebre
¿Qué podemos decir del Ebro? Fuente de vida y de muerte para los mequinenzanos, su relación con el río era muy estrecha. El Ebro era negocio, era prosperidad, era historia. Y sus aguas encandilaron a todo aquel que las penetró alguna vez.
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